A partir de tres alternativas de diversos valores, TN armó presupuestos de los costos estimados para llevar adelante un evento de 100 invitados en 2023.
Cuando una pareja decide casarse comienza la planificación y organización en la que se abren a un enorme abanico de opciones para definir en conjunto, desde la fecha y el presupuesto disponible hasta el tipo de boda que sueñan.
Por eso, en épocas de alta inflación, TN armó tres opciones que abarcan alternativas para bolsillos distintos que quieran dar el sí en 2023, desde una recomendación accesible y más económica, una con todos los lujos imaginables y otra con la tendencia actual: las bodas de destino.
También se calculó el gasto estimado que tienen que hacer los invitados para concurrir a la boda y el monto aproximado de dar un regalo para los novios.
Pensar los presupuestos en dólares. Según explicó Stefanía Franceschini, de Wedding Help Ar, “los precios en pesos terminan siendo un dolor de cabeza” y planificar en la moneda estadounidense probablemente de “precios con estabilidad a largo plazo”.
Tener un número estimativo del dinero que se quiere gastar al momento de pedir presupuestos. Eso hará más fácil la elección de cada producto. “Es importante saber el presupuesto con el que contás porque con eso nos ajustamos a hacer la boda de los sueños que tenga cada pareja”, enfatizó Mariel Rivero, de Event Planner.
Asimismo hay muchas parejas que deciden no limitar un presupuesto exacto, sino que tienen una idea en mente y, a partir de eso, comparan los precios. En ese sentido, Franceschini plantea: “Esto suele ser un arma de doble filo porque teniendo un número infinito, infinitas son las cosas que se pueden contratar. Entonces es fundamental, en estos casos, tener ideas claras para saber a qué apuntar y no gastar por gastar”.
Además de la locación, hay que tener en cuenta que los proveedores que más encarecen el precio final son cuatro: el catering, la técnica (con dj incluido), la ambientación y la fotografía y video.
También un dato importante es conocer en qué temporada se va a realizar el casamiento. Antonella Newbery, organizadora de eventos, señala que una de las variables a la hora de consultar el precio de una locación tiene que ver con la fecha de la boda. La temporada alta (marzo, abril, octubre, noviembre y diciembre) suele ser la más cara, porque son los meses de buen clima; en la temporada media (mayo y septiembre) no varía tanto; finalmente la temporada baja tiende a ser la más accesible (enero, febrero, junio, julio y agosto) son las fechas de vacaciones, con temperaturas extremas frías y calurosas.
Wedding planner ¿sí o no?: muchos salones cuentan con organizadoras de evento que planifican y se encargan de todo lo que tenga que ver con el catering, la ambientación, la contratación de servicios y otros agregados. Otros, en cambio, eligen contratar a una persona que pueda orientarlos, ayude a comparar precios y ver qué opción es más cercana a la boda de sus sueños. En ese sentido, una WP también contemplará otras variables por fuera de la fiesta, como los detalles del civil, de la Iglesia o de la noche post boda. En caso de optar por contratarla, es un gasto extra y se calcula al menos $100.000 en este servicio.
Siempre alguna de las partes tiene algún pedido que no puede faltar, ya sea una mesa dulce completa, una banda en vivo o un set de técnica que tenga luces led en todo el techo. Para eso, el consejo de las WP consultadas por TN es separar aquello imprescindible y especial -a lo que se destinará más presupuesto-, de los ítems que se puedan economizar. Allí, se hará la diferencia y podrán abaratar algunos costos que permitirán tener otros “lujos”.
Dentro de las locaciones a elegir, hay que buscar lugares que sean “flexibles con los proveedores”. En varios salones cobran un canon extra si no se utilizan los proveedores propuestos por ellos, por lo que el precio tienden a encarecerse. Si la pareja tiene algún servicio de confianza que quiere contratar es menester que se cumpla con este punto.
Este precio puede incluir la noche de bodas en un hotel luego de la fiesta, una cabina fotográfica para divertirse en la celebración o un stand de glitter.
(El valor del dólar que se tomó como referencia para los presupuestos de esta nota es valor de venta del dólar del Banco Nación del día 7 de septiembre, que cerró su cotización sumado al 65% de los impuestos PAÍS, Ganancias y Bienes Personales)
Este es uno de los estilos de casamiento más utilizados en el último tiempo, pero ¿de qué se trata? Las bodas de destino son aquellas en las que la pareja decide casarse en un lugar diferente al que reside.
Las opciones más elegidas actualmente son viñedos en Mendoza, alguna playa como Aguas Verdes o Bariloche.
Por ejemplo, se estima que una boda de destino en una playa puede rondar en $5 millones en un parador que se dedique a eventos. El número puede incrementar en el caso de que el matrimonio decida hacerse cargo del alojamiento de todos los invitados.
En cambio, la cifra del evento en un viñedo o en cabañas en el sur podría alcanzar hasta los $7 millones de pesos, ya que son destinos más caros.
Lo que va a construir la variación del precio será si en el lugar de destino hay proveedores locales o no. En caso de poder acceder a eso, se evitarían los costos de envío y se barajarían precios similares a los mencionados anteriormente. Sin embargo, no en todas las locaciones elegidas hay proveedores de lo necesario. Este es un punto que cada pareja deberá revisar a la hora de organizar el casamiento.
Una vez que llega la gran invitación, las preguntas clásicas sobre qué ponerse o qué regalar surgen de inmediato. Para calcular los gastos en caso de formar parte del festejo, un vestido a medida, de los más económicos, puede estar en $50.000, aunque con más pedrería o detalles puede llegar a los $75.000; mientras que un traje a medida no baja de los $50.000.
Quienes se dan maña, el peinado y maquillaje pueden ser made in home y abaratan costos. Otras prefieren “darlo todo” y contratar un servicio de maquillaje con peinado incluido que ronda en los $6000 y $9000.
En relación a los regalos, se estilan varias cosas: regalar una experiencia o sumar excursiones para la luna de miel, electrodomésticos y la más usual, depositar dinero en una cuenta. Ahora bien, ¿cuánto es el ideal? Fuentes consultadas aseguran que debe ser -como mínimo- el valor del cubierto (entre $15.000 y $30.000); sin embargo, eso dependerá de cada bolsillo.
Coronel Suárez, Buenos Aires, Argentina